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Diario digital Buenos días Cañete, 24 abril 2024

DESDE CAÑETE PARA EL MUNDO

miércoles, 4 de junio de 2008

CIMARRONES


CIMARRONES

Escribe Antonio RUIZ TOVAR

A propósito de la “fiesta de Cañete”, he querido escribir unas líneas, que ojalá sean leídas con sentimiento y reflexión.
Para nadie es desconocido que en la historia universal y particularmente en la historia americana, la trata de negros fue una salvaje conducta de “negreros” comerciantes.

El llamado descubrimiento de América en 1492 trajo repercusiones de todo tipo; una de éllas, la necesidad de mano de obra al servicio de los colonizadores; y esa necesidad hizo que se pusieran los ojos en el continente africano...
Aparece así la trata de negros.
Captados en reales e inhumanas cacerías en diferentes partes de Africa, eran vendidos, comercializados en estas tierras americanas (Cuba, Jamaica, Perú, México, América del Norte etc.) a los mejores postores, en típicas subastas, para luego ser puestos a trabajar en las minas, en labores agrícolas de sembríos de algodón, cacao, caña de azúcar, café , en labores domésticas, y otros menesteres.

La trata de negros, salvaje conducta de negreros comerciantes.
Qué negras épocas para la etnia negra; y qué falta de humanidad de aquéllos que traficaron con seres humanos.
Ni qué hablar de esas travesías, de esos modos, formas y circunstancias en que recorrían los mares: amarrados, encadenados, engrilletados, sí, en las bodegas de las barcazas de aquéllos tiempos, unos encima de otros, expuestos a los radicales cambios de temperaturas, frío, lluvias ó calor intenso, fenómenos que les producía enfermedades y , las horribles variadas formas de perder la vida, muertes por diversas causas: reales tragedias humanas con miles de tumbas flotantes, a lo largo de los viajes transatlánticos.
¡Oh! época infausta para esa comunidad humana definida por rasgos comunes que por razones nada cristianas estaban clasificadas en un orden inferior en la insana mente de quienes ostentaban poderes y creían ser “superiores...”

En una de las últimas celebraciones en que estuve presente en Cañete, mi añorado pueblo, ante la invitación de la Comisión de Fiestas, diserté sobre la esclavitud, ante un panel especializado y mucha concurrencia. Esto fue en el auditorio aledaño a la Biblioteca Municipal de Cañete.
Fue una noche de “cultura negra”, negritud al máximo, al final del siglo pasado,
con destellos, con resplandores vivos, como ráfagas de luz, que encendimos los participantes, para que cuando se celebre la fecha del arte negro, no se ignore la trascendencia de lo que significa la hermosa herencia dejada por la humanidad negra de otrora; para que, en la celebración de la fiesta, el arte no sea una repetición tradicional de música y ritmos, sino también una especial “ocasión para efectuar un examen colectivo, de las causas históricas, los métodos y las consecuencias de esa tragedia...”
Intuyo que esto viene ocurriendo año tras año.
Si esto ocurre, la fiesta se celebra entonces en el punto cultural exacto, sin perjuicio de lo demás; que entiendo se rodea de un severo respeto sin perderse la esencia, de lo que la fiesta encierra y el arte exquisito que exige el ritmo negro del Perú.
Más si esto está ausente hay entonces necesidad- para el futuro- de hacer un replanteo en los contenidos, las metas y objetivos en la programación; pues el hecho de que Cañete se considere por derecho CUNA Y CAPITAL DEL ARTE NEGRO exige que el evento se rodee de una amplia información de lo respetable que es la negritud, por un lado y la resonancia político, social del antecedente; de cómo llegaron los hombres de color a estas tierras, el significado ante la historia de dicho oprobio y otros criterios bien expuestos por sociólogos, antropólogos, historiadores, y por gente conocedora del tema; y todo ello, ser el condimento, la esencia del proyecto.
Es decir, tiene que darse un alto a la improvisación, a la rutinaria tradición pueblerina hasta convertirse el evento en una fuente donde se beba cultura negra, donde fluya ARTE; y las modernas interpretaciones de la presencia del hombre negro en estas tierras. No estoy criticando negativamente lo que se hace sino enunciando un criterio que considero un aporte, salvo mejor parecer.

Sólo así estaremos cumpliendo con nuestra conciencia y recogiendo el grito ¡BASTA YA! de los que en la historia son los paladines defensores de toda una raza sojuzgada en un período de ignominia, de barbarie humana; y a quienes conocemos con el nombre de: “cimarrones”.
Eran éstos, “los esclavos rurales que huían de la plantación hacia el monte” al no aceptar las tropelías, y se refugiaban en lugares especiales de difícil acceso que se han conocido con el nombre de palenques .
Buscaban su libertad y de hecho la fomentaban.
Cimarrones hubieron en todo lugar donde existieron asientos de negros. Fueron los que realizaron las revueltas organizadas contra el poder esclavista asentado en su comarcas; mas tarde los vemos integrados a la lucha insurreccional en pro de la independencia de sus pueblos.
Encabezaban las fuerzas de rebeldía, las clásicas “cimarronadas”.
Lo interesante es que actuaron inmersos dentro de un paralelismo histórico.
Sus conductas fueron idénticas en tiempos y lugares diferentes, en América del Sur, Centro y NorteAmérica etc.
El ansia de libertad que todo humano encierra en su mente y su corazón, sin ser esto patrimonio de colores, los unía en una bendita visión a manera de un hilo que la Historia no debe dejar de olvidar.
Demás está decir que fueron buscados, perseguidos por los amos o capataces y cimarroneros; y cuando eran encontrados les sobrevenían severas torturas, como la marca con el carimba; o muchas veces les alcanzaba la muerte como consecuencia de inaniciones en sus inciertos peregrinajes.

El comercio transatlántico de esclavos está considerado como un
CRIMEN CONTRA LA HUMANIDAD.
Ante lo acontecido, el sentir de los hombres pensantes es que las nuevas generaciones deben conocer esa tragedia, que tuvo una larga duración.
Por ello en nuestra intervención quisimos romper el silencio, con una postura firme, respetuosa y necesaria, aún cuando ese silencio lo rompimos hace más de 30 años cuando compusimos con reverencia humana, NO IDEOLOGICA, el landó que terminando en festejo lo titulé CIMARRONES que muy bien lo grabó Antuco López el cantor popular, el bardo de nuestro barrio de “ El Paso”, bajo el acompañamiento de la ex primera guitarra de PERU NEGRO el maestro Línder Góngora , ya fallecido; y que la envidia, la ignorancia, el sectarismo y el politiquerismo popular localista no lo tomó en cuenta, a diferencia de mis hermanos periodistas que lo guardaron en sendas copias, y en fechas especiales lo han hecho sonar, y aún así muchos que pasaron por el sillón municipal lo siguieron ignorando a pesar de tener orejas grandes.
Gracias a éllos, a los hermanos periodistas, este tema hoy, ha sido solicitado por decenas de personalidades, a mis correos electrónicos, contándose entre éllos cantantes de Nueva York, Chile, Perú; España, Miami; el antropólogo Bruce Mannheim, profesor principal de Antropología de la Universidad de Michigan , Estados Unidos, entre otros, refieren que es una joya...
Volviendo al tema, va el llamado a la comunidad pensante, profesionales, hombres de letras, a las nuevas generaciones para que en un momento de “La Semana de Cañete” “miren” los viajes de los esclavos, “escuchen” sus gritos de dolor ante los maltratos y torturas; y se adentren en sus visiones y ansiedades vividas como personas humanas en esas interminables horas vividas; y así, mentalizar con sentimientos de rechazo a acciones que en la humanidad no deben repetirse.
Como lo expresé en la noche de la conferencia aludida, sigo considerando que ha llegado el momento de la reparación histórica y moral de ese crimen de lesa humanidad.
Las nuevas generaciones deben saber con el realismo histórico del caso, de este genocidio que rodeó a ese período de la infame trata de esclavos.

Felizmente en Cañete tenemos un valioso hombre, historiador él, Luciano Correa Pereyra, hombre luz en la materia; quien puede dar el derrotero para el nuevo proyecto, que tiene todos los merecimientos para presidir la Casa de la Cultura de Cañete que solicité cuando oficié de Subprefecto, y cuya respuesta la recibió la ciudadana que me sucedió en el cargo, entidad que daría el sello oficial y velaría por que se cuide, cultive la herencia negra, en aras de la afirmación de la identidad cultural del negro en el Perú, particularmente en Cañete. Sólo hay que proponer a cinco o séis personas que amando la cultura, la promueven; y nacería esa entidad.
Quiero hacer la salvedad que no me mueve ningún interés personal en lo que enuncio en este artículo.
Que la propuesta es quizá producto de una maduración cultural e intelectual que nos permite ver mejor aspectos de la historia y nos obliga a transmitirlos, sin ánimo de generar malestares ni señalamientos negativos. Cañete tiene algo tan hermoso que muchos pueblos hoy quisieran tenerlo: la negrura hecha arte, expresión de canto y ritmos, pero nos falta ilustración, crear la negritud que permanezca en el tiempo.
Que cuando hablo del negro, no se tome la expresión en sentido peyorativo, dado que lo explicitamos porque así se designa al grupo humano cuya piel es oscura a toda vista.
Que jamás usamos el término “negroide” porque esa palabra es un término propio de la antropología clásica racista.
Y que he hecho este artículo como un homenaje, también, a mi canción CIMARRONES, a Antuco López, a Línder Góngora; a los hombres de color que en diferentes partes de América lucharon por su libertad y los de su raza como BAYANO en Panamá que incluso logró vencer a las fuerzas del Marqués de Cañete Virrey de Perú; a TOUSSAINT L’ OUVERTURE, lider de la insurrección del 23 de agosto – día de mi cumpleaños- de 1791 en la Isla de Santo Domingo, personaje que con su acción dió motivo para que en esa fecha, se fije en todo el mundo:
EL DIA INTERNACIONAL DEL RECUERDO DE LA TRATA DE ESCLAVOS Y SU ABOLICION.
La trata de esclavos que no sólo trastornó la vida de millones de personas que violentamente fueron arrancados de sus comarcas y “ deportadas” o desplazadas en las condiciones que hemos anotado, dio lugar a intercambios culturales que en el tiempo han influido de manera profunda en las costumbres y creencias de muchos pueblos americanos y cada cual, ahora con típicas expresiones.
Eso tiene un valor inapreciable, pero aún sigue siendo incomprendido en su verdadera magnitud.

Es deseo de Antonio Ruiz, que este artículo elaborado en varios días en mi pequeño ambiente que lo uso como privado para mi lectura y mis recuerdos; y para pedir perdón a Dios y agradecerle por sus bondades, sirva como una motivación para que oficialmente se instale la Casa de la Cultura de Cañete, se forme la escuela o un centro de investigación de la cultura negra como institución especializada o adscrita a la Biblioteca Municipal cuya función no debiera ser únicamente atender los préstamos de libros; y la escuela donde se aprenda danzas, cantos, se haga poesía, escultura, pintura y toda otra expresión artística en forma sostenida y sostenible... Y que desde esos centros se cultive, además, el sepultamiento de los prejuicios raciales, se combata la ideología del odio, la intolerancia; y, se promuevan la solidaridad, la tolerancia, los sentimientos de igualdad y amor cristiano.

Wisconsin, USA Verano 2006 – 08 – 06
oooooo
Nota: Esta interesante página se publicó en el blog ALDIACONMATICES. Nuestra página web la inserta por las importantes sugerencias que contiene, y porque el autor, así lo ha solicitado. Es un aporte valioso, que estimamos lo tomará en cuenta la Comisión recientemente nombrada.
Sus propuestas son valederas y sus afirmaciones escapan de la simple palabrería, y oportunismo de muchos que sólo aparecen en cada fiesta como amantes de lo que se ha venido en llamar el arte negro

Con todo respeto, creemos que nuestros lectores tienen en este apunte importantes motivaciones, sobre todo los funcionarios que tienen a su cargo el fomento de la cultura en nuestra nación..
La canción “CIMARRONES”, a que alude el autor es posible escucharla en el Internet, en las páginas boletíndenewyork y perumagiayencanto.org.

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